Después de esa conversación con el Profesor Ciprés la noche anterior, fuimos corriendo a casa de la madre de Carromco a pasar la noche. Llevaban mucho sin verse. Yo... Por desgracia no conocí a mis padres, pero seguro que eran unos Gengars muy fuertes, y que yo lo voy a ser también. Lo cierto es que la mamá de Carromco se alegró mucho al vernos allí sanos y salvos, y de ver que teníamos nuevos amigos en la aventura que sólo Carromco y yo habíamos empezado. Seguro que estaba más tranquila ahora al ver lo fuertes que éramos.
Hoy por la mañana, nada más despertarme, he visto a Carromco mirando la ventana. Parecía hipnotizado, y no sabía exactamente el motivo. Aun no era capaz de leer la mente. Un poco más tarde bajamos a desayunar. No debe ser barato alimentar a un Snorlax, o al menos... No lo parecía, porque... ¡Cómo comía el grandullón! No eran más de las nueve de la mañana cuando nos dirigimos a Ciudad Novarte a hablar con el Profesor Oak, como nos había dicho el Profesor Ciprés el día anterior, y cuando estábamos en la salida del pueblo, vimos a una pareja de chicos indecis, que nos preguntaró cómo podían ir a Ciudad Novarte, que cuál era el camino más corto y menos peligroso. Por desgracia el único camino era el Bosque Novarte, aunque los Pokémon que ahí habitan no son nada peligrosos.
Después de indicarles cómo atravesar el bosque de manera que no sufrieran un rasguño, nos lo agradecieron y se fueron a todo correr. Parecía que tenían un poco de prisa. Nosotros seguimos nuestro camino, y antes de las diez de la mañana estábamos en la salida del Bosque Novarte. A apenas cinco minutos de la dirección que nos había dado el Profesor Ciprés. La sorpresa que nos dimos Carromco y yo al entrar en la casa fue mayúscula. Estaban un señor mayor, que supongo que sería Oak, y la pareja que vimos por la mañana.
Oak se presentó primero, y después a ellos dos. Eran sus nietos, Gary y Dalia Oak. Por lo visto Gary y Ash han sido rivales durante mucho tiempo. Los dos quería ser como un tal Rojo, que dicen que ha sido el mejor entrenador de todos los tiempos con mucha diferencia, pero que ahora mismo nadie sabe donde se encuentra. La historia estaba siendo muy interesante como la contaba Dalia, pero justo en ese momento el Profesor Oak la interrumpió para decirle a Carromco si de verdad deseaba tener un Gengar, que eran seres oscuros, sin ningún sentimiento positivo. Carromco sin dudarlo afirmó dicha pregunta, y Oak le dijo que fueran al Centro Pokémon, y así lo hicimos. Entonces me metió en esos ordenadores tan raros, me transfirió a su cuenta, y me sacó de la Pokeball. En ese momento otra vez esa intensa luz blanca volvió a emanar de mi cuerpo, volvía a notarme más fuerte que hacía medio minuto. Como pasó en la Cueva Brillante. Cuando todo paró Oak dijo que estaba todo listo, y me devolvió a Carromco.
Cuando estaba a punto de irme, Gary retó a un combate a Carromco, pero este lo rechazó alegando que tenía prisa por llegar a Pueblo Petroglifo. Entonces Gary dijo que ya se cruzaría nuestros caminos más adelante, y se fue. El Profesor le dijo a Carromco que lo dejara pasar, que era muy impetuoso, y cuando me iba a ir, Dalia dijo que acompañaría a Carromco en su camino.
Cuando salimos de la casa del Profesor Oak, la madre de Carromco esperaba impacientemente. Quería darle a Carromco un teléfono móvil que le había comprado. Para hablar siempre que quisieran, y volvió a la casa en la que habíamos pasado la última noche.
Empezaba la aventura de verdad. Era un Gengar, ¡no me lo podía creer!
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