Después del intenso combate de ayer contra Ash, y mi increíble evolución, tuvimos que ir corriendo al Centro Pokémon de Pueblo Petroglifo, y cuando acabamos de curarnos en el Centro Pokémon ya casi era de noche, y nos fuimos a descansar para explorar la Cueva Brillante hoy, teniendo más tiempo. Y eso hicimos, la exploramos hasta la última roca. Hablando de rocas, había unos Pokémon muy raros que parecían soles y lunas, que raros eran, pero también eran muy graciosos.
Aunque esa no fue la única sorpresa. La sorpresa más grande nos la llevamos al ver a un extraño grupo de gente vestida con unos trajes rojos, y unos peinados muy raros. Creo que se hacían llamar Team Flare. Lo cierto es que estaban destrozando toda la cueva, por lo que Carromco les tuvo que exigir que parasen. Al principio no le hicieron caso, pero el pequeño Sandile estaba encolerizando. Ese había sido su hogar, y lo estaban destrozando sólo por buscar unos pocos de fósiles de Pokémo extinguidos para poder usarlos en sus malvados actos.
La verdad es que esta organización de malhechores era bastante conocida en la Región de Teselia, y eran el titular de algunos de los periódicos locales de las ciudades de Teselia. Otras veces... Las noticias eran peores, y salían en la portada del "TESELIA NEWS" que era el periódico más conocido de la región, cuyo alcance estaba más allá de las fronteras de Teselia, otras veces salían en todos los telediarios... En fin, os podéis imaginar quienes eran estas personas, y qué es lo que querían. Usar Pokémon con fines malvados. Entonces Sandile salió de su Pokéball, y le escupió una bola de lodo a un miembro del Team Flare a la cara. Entonces la cosa cambió.
El miembro del Team Flare sacó una Pokéball del bolsillo derecho de su pantalón, y en un abrir y cerrar de ojos apareció un Croagunk que no fue rival para Sandile, que ya no parecía tan asustado como el día anterior. Uno tras otro los rivales iban cayendo, hasta que llegamos a uno que parecía más fuerte de lo normal. Ni siquiera ese hombre tan confiado pudo derrotar a Sandile, que hizo que todos esos hombres tan malvados salieran huyendo de la cueva. Pero se dejaron una piedra un poco extraña. Parecía que en la piedra estuviera la esencia de un Pokémon. Yo lo noté, y por lo visto Carromco también, ya que la cogió inmediatamente, y después de esto nos volvimos a Pueblo Petroglifo, que es desde donde os escribo. Desde un jacuzzi.
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