Hola amigos, ayer os conté lo que nos había pasado durante las últimas dos semanas, y hoy, os contaré lo que nos pasó ayer. Os lo cuento por la mañana y no al final del día por un motivo, nosotros nos vamos a dormir ahora. Bien, todos sabréis que hoy, buen, ayer, íbamos a desafiar al líder del gimnasio de Ciudad Relieve. Pues bien, cuando estábamos a punto de llegar a dicho gimnasio, vimos algo raro. Eran unos miembros del Team Rocket. Esta vez no era el Team Flare, sino la banda criminal más conocida del mundo entero.
La verdad es que no me gustaba un pelo el hecho de que estuvieran allí, pero no estaban haciendo nada malo, así que no pudimos hacer otra cosa distinta a pasar de largo. Cuando llegamos al gimnasio estaba Ash esperando, y también lo hacía Gary. Al llegar nosotros, Carromco saludó, y preguntó quién iba el primero. Ahí surgió el problema. Ambos decían que iban primeros, por lo que el ambiente se volvió un poco intenso, y no se podía oír otra cosa que voces. De repente Gary sacó un Lucario de su Pokeball, y Ash mandó a su Pikachu a combatir. Ambos exigieron que Carromco hiciera de árbitro, pero él se negó, así que coincidieron en que nuestro equipo Pokémon debía participar de alguna manera, y Lucario se abalanzó sobre mí. Pude esquivarlo justo antes de que un Garra Metal me diera de lleno. Justo después de eso vi como Pikachu saltaba y de su cuerpo emanaba electricidad que iba a acabar formando un rayo que acabaría impactando sobre Lucario, que se encontraba desprotegido haciendo que este cayese al suelo aturdido. El ataque había sido demoledor, si me hubiera golpeado a mí habría sido fatal.
Yo en ese momento no sabía que hacer, entonces la mano de Carromco empezó a brillar, al igual que yo. La luz era cegadora, tanto, que el triple combate paró durante unos segundos. Al finalizar Gary y Ash estaban impresionados, Lucario y Pikachu preparados para luchar, y yo, me sentía veloz, fuerte, imparable. Entonces, los Pokémon de los rivales se giraron completamente hacia mi posición. Me temía que fueran a aliar fuerzas contra mí. Entonces ambos salieron como balas, pero no me costó mucho evitar sus movimientos. Estaba esperando a que Carromco dijera algo, mientras esquivaba con facilidad los movimientos rivales. Era más rápido que las sombras, entonces dejé de esperar a ver que ordenaba Carromco, y decidí improvisar. Entonces salieron de mis manos unas pequeñas bolas de energía. Eran negras con pequeños chispazos rojos y azules a su alrededor. Uní las manos, lo que hizo que las bolas se juntasen e hicieran una más grande, y la lancé hacia Pikachu.
Éste la evitó por poco, pero la bola impactó sobre la tierra creando una explosión, lo que me dio tiempo para moverme justo detrás de Lucario, darle un puñetazo, y volver a desaparecer entre las sombras. Ni siquiera los dos juntos eran rivales para mí. Podía ver como intentaban todo tipo de movimientos para tratar de derrotarme, pero nada me alcanzaba, ni los Rayos de Pikachu, ni los movimientos de Lucario. Me sentía inmortal.
De repente, una especie de red me atravesó. A mí me había atravesado, pero a Pikachu y a Lucario les dejo encerrados dentro, hiriéndoles con pequeñas descargas, dañando a Lucario por el hecho de estar recibiendo ataques eléctricos, y a Pikachu por razones que desconozco. El caso es que detrás de nosotros había un pequeño grupo de gente que pertenecía al Team Rocket. Dos chicos y una chica. Todos ellos enviaron Pokémon para combatir contra mí. Un Toxicroak, un Absol, un Weavile y un Houndoom. Pokémon bastante poderosos, todos ellos con movimientos que podrían dejarme K.O. en un momento. Entonces me di la vuelta esperando refuerzos por parte de Gary, de Ash o de Carromco. Estaban los tres atrapados también por redes.
Este combate me tocaba librarlo a mí solito. De repente Houndoom usó Lanzallamas, y al tratar de evitarlo el Weavile me lanzó una especie de carámbanos, uno de ellos dándome de lleno en un hombro. Me dolía, pero no tenía tiempo de quejarme, ya que en un abrir y cerrar de ojos vi como el Toxicroak se lanzaba contra mí. Lo esquivé fácilmente, y no sólo eso, sino que con una especie de poder psíquico conseguí dormirlo. Cayó fuertemente contra el suelo, mientras yo volvía a usar Bola Sombra, esta vez contra el Houndoom. No parecío hacerle mucho daño. Mientras, el Absol seguía inmóvil. Parecía que estaba estudiando todos mis movimientos.
Tenía que cambiar de táctica. Entonces, Weavile me volvió a lanzar los carámbanos de antes, y esquivé todos, pero esta vez sí que tuve que emplearme a fondo, pero en uno de mis forzados movimientos lancé un poco de saliva contra una roca, deshaciéndola completamente. Se me acababa de ocurrir una idea. Yo era de tipo Fantasma, débil contra todos los Pokémon del combate menos Toxicroak, pero también de tipo Veneno, al cual ninguno era resistente. Use el movimiento Come Sueños al Toxicroak que aún estaba durmiendo, pero que parecía a punto de despertar. Toxicroak se debilitó al momento. Quedaban solo tres Pokémon. Weavile y Houndoom lanzaban ataques coordinados entre Lanzallamas y Carámbanos, y no me costaba mucho evitarlos, pero no me dejaban tiempo de atacar, porque ellos también eran bastante rápidos, pero Absol seguía expectante. Sin duda habría sido el desequilibrante del combate, pero no fue así, y en un momento en el que pude evitar los ataques rivales logré usar un nuevo movimiento. Bomba Lodo. Di de lleno a ese Houndoom, y conseguí envenenarle. Ahora era cuestión de tiempo que se debilitase, y finalmente pasó, a penas cinco minutos esquivando movimientos. Weavile contra mí, y un Absol que estaba de espectador. No me costó mucho derrotarle, ya que mi velocidad superaba a la suya, era infinitamente más rápido que él.
Cuando pensé que ya había acabado todo, Absol comenzó a moverse lentamente hacia mí, y de su cuerpo emanó la misma luz que había emanado del mío al principio del combate. Mega-Absol. Nunca había oído hablar de él ni logrado ver uno, aunque también es cierto que no era precisamente mayor. Sabiendo lo que tenía que pasar empecé a moverme todo lo rápido que pude para evitar un golpe suyo, ya que yo no podía ver nada. ¿Quién sería el entrenador de ese Absol? La verdad es que no había visto a ninguno de los entrenadores rivales con un objeto para megaevolucionar a ese Absol, pero estaba combatiendo contra mí. De repente, un dolor muy agudo en mi espalda hizo que mis pensamientos e desvanecieran. Un mordisco de ese Absol, que, la verdad, me había llevado al límite. Entonces decidí que lo mejor era usar la técnica de golpear y correr, Y así, de esta forma conseguí rebajarle a su mínimo, entonces, un señor vestido de traje que apareció de la nada, metió a Absol en la Pokéball y ordenó al resto del Team Rocket que se retirasen.
Cuando ya se habían ido todos los adversarios, rompí las redes que atrapaban a Carromco, Gary, Ash y a sus Pokémon, y aquí estamos, he estado toda la noche combatiendo, llegamos a la puerta del gimnasio por la tarde, y el líder no se dignó a aparecer.
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